¡Hola! Antes de entrar en materia y contarte el gran secreto, nos gustaría explicarte cómo desarrollamos nosotros una adaptación de lentes progresivas en nuestro gabinete: En primer lugar, es vital conocer las necesidades particulares de cada usuario. No tiene las mismas necesidades visuales una persona que conduce cuatro horas diarias que otra que pasa ocho
Progresivas
1. Ver bien… ¡siempre!
Ver bien es una maravilla. Los que vemos mal lo sabemos perfectamente. Y, cuando comienza la presbicia, todo es mucho peor, porque para ver de lejos me pongo mi gafa, ¡pero de cerca veo mal! Y, cuando quiero ver bien de cerca, me quito la gafa y entonces veo mal de lejos. Voy conduciendo y